Tabla de contenidos

El robo de la identidad digital es uno de los temas que más preocupa tanto a expertos como a usuarios por la facilidad que Internet ofrece a los delincuentes para cometer acciones fraudulentas.

Este delito implica hacerse pasar por otra persona y asumir su identidad con la información obtenida con el fin de obtener beneficios económicos, o lesionar la reputación del afectado.

En este post explicaremos esta vulneración de la identidad digital tan de moda y cómo la firma electrónica avanzada ayuda a protegerla.

La identidad digital, ¿qué es?

La identidad digital de una persona está formada por los mismos datos que la distinguen en el mundo offline -datos personales como el nombre, teléfono, domicilio, fotografías, números de cuentas bancarias, etc.- pero en la red. Básicamente, cualquier dato que permita identificar a una persona en el entorno online.

El robo de esta consiste en hacerse pasar por una persona, asumiendo su identidad en el mundo digital, para acceder a cuentas bancarias, perfiles sociales o contratar productos y servicios.

El robo de la identidad digital, un delito de moda

Durante los últimos años, el mundo digital ha visto como uno de los delitos que se repite es el robo de la identidad digital, el cual es más frecuente de lo que creemos.

España, de hecho, es el país de la Unión Europea que más víctimas por fraude de identidad en la Red registra, según cifras de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat). Además, según los datos ofrecidos por la Fiscalía General del Estado, en España tuvieron lugar casi 17.000 procedimientos judiciales en 2020 por ciberdelincuencia, lo que supuso un incremento de un 28,69% con respecto a 2019. Algunas cifras importantes de 2020: 

  • El porcentaje de internautas receptores de falsas notificaciones de acceso a entidades bancarias fue de un 14,9%
  • Se realizaron 215.507 denuncias por ciberdelitos solo en España.
  • También un 14,9% de internautas experimentaron algún incidente de seguridad causado por un malware. 

Puede resultar complicado, pero es tan fácil como compartir en Instagram una fotografía desde la cafetería del aeropuerto con el billete del vuelo para ser presa de los delincuentes. Cualquiera puede leer los códigos del ticket con una simple aplicación y acceder así a los datos personales del viajero. Una simple fotografía a la que no damos importancia se puede convertir en un verdadero problema.

Además, es importante destacar el hecho de que el robo de identidad no solamente afecta a los usuarios cuyos datos han sido usurpados, sino que también tiene consecuencias negativas para las empresas, ya que dedican recursos en acciones que finalmente no se materializan.

El principal motivo tras el fraude de identidad suele ser contratar servicios o productos haciéndose pasar por otra persona a través de comercios electrónicos. Por ello, las propias empresas que ofrecen esta posibilidad de contratar online son las primeras interesadas en luchar contra este tipo de fraude.

Daños más frecuentes del robo de la identidad digital

Entre los daños más frecuentes en los casos de robo de la identidad digital encontramos los siguientes: 

Ciberacoso

A través de un perfil nuevo o modificando la contraseña de acceso, los atacantes generan diferentes contenidos en nombre de la víctima con la intención de que el resto de los usuarios se formen una opinión negativa sobre ella.

En estas acciones de ciberacoso, la suplantación de identidad busca ocasionar problemas de credibilidad y afectar a la reputación del perjudicado. Aunque también hay casos de ciberacoso en los que se chantajea al usuario legítimo, sufriendo además un perjuicio económico si desea recuperar la cuenta.

Este tipo de usurpación de identidad digital perjudica gravemente la reputación online de la víctima, siendo necesario a menudo ejercer el derecho al olvido, que recoge el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos, para borrar los datos publicados en Internet.

Daños económicos

Una de las formas más comunes que tienen los ladrones para acceder a los datos personales es con la pérdida de smartphones, tablets, ordenadores, etc., pues suelen ser aparatos que tienen vinculadas las contraseñas a las cuentas.

También cuando utilizamos conexiones poco seguras por la falta de instalación de un antivirus o cuando una empresa tiene un accidente o ataque y libera los datos de sus clientes dejándolos al alcance de cualquiera.

De esta manera, un delincuente puede utilizar los datos de la cuenta bancaria de una persona para contratar un servicio, por ejemplo telefonía, ADSL, suministros, o realizar compras y cargar la cantidad en la cuenta de la víctima.

Una de las identidades digitales hackeadas más sonoras de la historia fue la del CEO de Securitas en Suiza, Alf Göransson. El hacker que robó la identidad del alto directivo sueco la aprovechó para pedir un préstamo. Acto seguido, Göransson fue declarado en bancarrota por el Tribunal de Estocolmo, enterándose a posteriori de lo ocurrido, al recibir un aviso de dicho organismo judicial.

Por protocolo de la Oficina Sueca de Registro de Empresas, Göransson fue dado inmediatamente de baja como presidente de la Junta de Loomis y miembro del consejo de Hexpol, ambas compañías del Grupo.

La firma electrónica como método de identificación

La primera pregunta que nos hacemos cuando conocemos estos casos tan significativos es ¿qué falló en el banco sueco para llegar a conceder el préstamo a un hacker? Obviamente el banco no contaba con un sistema fiable que determinase de forma objetiva la identidad del firmante a la hora de contratar el producto financiero.

Es por eso que las entidades más diligentes apuestan para este tipo de operaciones económicas por nuestra solución de firma electrónica avanzada, ya que recogemos una serie de datos biométricos del firmante que, junto con las evidencias electrónicas del contexto en el que se realiza la firma, nos permiten asegurar la identidad del firmante. De este modo, reforzar la identidad 2.0 por encima de la identidad offline, puesto que los datos biométricos recogidos son prácticamente imposibles de falsificar.

Post relacionado >> Cómo verificar la identidad digital de tus clientes

Conclusión

El robo de la identidad digital representa un problema tanto para los usuarios que pueden ver lesionado su honor o sufrir un perjuicio económico, como para las empresas que permiten la contratación de sus productos o servicios de modo online. Ambos quedan expuestos al fraude de los ciberdelincuentes y es su responsabilidad tomar medidas preventivas para eludir dichos peligros.

Si necesitas más información o te gustaría recibir asesoramiento respecto a nuestros diferentes sistemas de autenticación, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Si lo prefieres, puedes probar directamente nuestro servicio de firma electrónica de forma gratuita durante 7 días.

*Este post fue publicado originalmente el 01/03/2018.