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La estructura organizativa descentralizada es la que normalmente adoptan las grandes multinacionales o pymes en expansión, empresas que han desarrollado varias líneas de producto y/o que operan o empiezan a operar en varios mercados.

En este post te explicamos en qué consiste la descentralización de una empresa, te daremos ejemplos de empresas descentralizadas y, además, destacaremos cuáles son las ventajas de las estructuras organizativas descentralizadas:

¿Qué son las empresas descentralizadas?

En este tipo de estructura, los directivos o mandos superiores delegan la responsabilidad y la toma de decisiones operacional a mandos intermedios. De este modo, los primeros pueden centrarse en desarrollar la estrategia de la compañía a largo plazo, y los segundos se sienten empoderados para responder a cambios en el mercado con mayor rapidez.

Dada la complejidad de los mercados actuales, muchas empresas han visto la necesidad de apostar por la descentralización para poder satisfacer los requerimientos de sus clientes y hacer frente a la amplia competencia.

Así, cualquier negocio que esté en fase de crecimiento y/o expansión internacional deberá plantearse un cambio organizacional hacia la descentralización. Para ello es esencial apostar por la transformación digital de la organización, aunque la tarea de digitalizar una empresa desde cero pueda generar cierto grado de complejidad e incertidumbre.

Un primer paso para hacer frente a este desafío puede pasar por apostar por los servicios de un gestor documental digital desde el cual toda la organización en su conjunto, sea cuál sea su lugar de trabajo, puede acceder a información corporativa importante en cualquier momento. 

Mejora la eficiencia en la toma de decisiones

Los mandos intermedios pueden tomar decisiones sin tener que esperar la aprobación o autorización por parte de la directiva. Por ello, este tipo de estructuras organizacionales tienen una gran capacidad de reacción ante los cambios, sin duda muy superior a la de los sistemas que centralizan la toma de decisiones en unos pocos cargos directivos.

Por otro lado, cuando las empresas crecen, los mandos intermedios tienen más información sobre los clientes que sus superiores, y conocen mejor las dinámicas, posibilidades y limitaciones de sus propios equipos. Tiene todo el sentido permitirles tomar decisiones cuando se producen cambios en el mercado ante los que la empresa debe reaccionar con la mayor rapidez posible.

Mejora la motivación de los empleados

Al empoderar a los mandos intermedios, o incluso a veces a los propios equipos, a tomar decisiones y a asumir la responsabilidad sobre las mismas, sin duda ello hace que se sientan más dueños del producto o proyecto y que trabajen con mayor empeño y motivación.

Además, la autonomía que tienen al asumir más responsabilidad les enseña a ser más proactivos y a no limitarse tan sólo a cumplir las órdenes de los jefes.

Entrena a los futuros líderes de la empresa

En relación con la ventaja anterior, cuando los empleados toman sus propias decisiones y se responsabilizan de ellas, en el fondo están adquiriendo experiencia relevante para seguir avanzando profesionalmente hacia puestos directivos.

Es el mejor entrenamiento que la empresa puede ofrecer a sus empleados, y ello repercutirá, además, en su propio crecimiento y expansión. Siempre es más recomendable completar las posiciones directivas desde dentro, con profesionales que trabajan bien, y que conocen perfectamente a la compañía y al mercado en el que opera.

Fomenta la innovación

Al sentirse autónomos y dueños de su trabajo, entendiendo que sus acciones sí tienen repercusión en los resultados de la empresa, los empleados se considerarán legitimados para lanzar propuestas de mejora de procesos o productos, y estarán más abiertos a la colaboración con otros departamentos.

Si se propician los  encuentros entre diferentes perfiles profesionales, con diferentes conocimientos, habilidades y backgrounds, surgirán seguro ideas innovadoras para mejorar productos y/o servicios o crear otros nuevos que satisfagan mejor las necesidades de los clientes.

Disminuye la carga de trabajo operativo de los mandos superiores

Gracias a que una parte importante de las decisiones operativas se traspasan a los mandos intermedios, los directivos pueden dedicar más tiempo a realizar proyecciones de negocio, a informarse acerca de tendencias tecnológicas y a tomar decisiones estratégicas.

Para ello, es muy importante que la comunicación sea bidireccional y fluya con regularidad: los mandos superiores necesitarán informes concisos acerca de los cambios que los jefes de equipo detecten en el mercado y en los clientes; y los jefes de equipo deberán conocer, a su vez, si se producen cambios a nivel estratégico, para poder adaptar las acciones del equipo a la consecución de los nuevos objetivos.  

Facilita la expansión de la empresa

Como comentábamos en la introducción de este post, las multinacionales y pymes en expansión suelen adoptar el sistema organizativo descentralizado, porque es una estructura que facilita enormemente la gestión de las filiales al agilizar la toma de decisiones.

Las filiales son las que tienen un mejor conocimiento del mercado local y sus consumidores, con lo cual, es lógico que cada una de ellas sea autónoma y asuma la responsabilidad de tomar sus propias decisiones a nivel operativo.

¿Qué otras ventajas destacarías de las estructuras organizativas descentralizadas? Puedes dejar tu comentario en nuestro blog o a través de Twitter, Facebook o LinkedIn.

Este post fue publicado originalmente el 07/09/2015.

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