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 Hoy en día, hablar de revolución digital se ha convertido casi en un lugar común. A medida que las tecnologías digitales siguen desarrollándose y descubriéndose nuevas formas de innovar en este ámbito, se descubren nuevas formas de hacer evolucionar industrias y empresas de todos los sectores y campos profesionales. Y es que a nadie se le escapa que los cambios radicales que impulsan las nuevas tecnologías han transformado nuestro entorno (y siguen haciéndolo) a pasos agigantados.

Sin embargo, no siempre se aborda esta cuestión de manera objetiva y rigurosa, sino que a menudo incorporamos juicios de valor que empañan cualquier intento de análisis.

Pero, ¿en qué consiste exactamente la revolución digital? ¿Cuáles han sido sus hitos más importantes? ¿Hacia dónde nos conduce en el futuro? En este artículo exploramos estas y otras cuestiones.

Qué es la revolución digital

La revolución digital está considerada como la tercera revolución industrial, también llamada revolución 3.0, caracterizada por un alto valor y carácter científico y tecnológico. 

Esta revolución concuerda con el proceso de cambio que ha experimentado nuestra sociedad y que aún sigue experimentando día a día gracias a la aparición y descubrimiento de nuevas tecnologías digitales que han provocado cambios disruptivos tanto en el conjunto de la sociedad como en la economía. 

La revolución digital ha provocado un cambio de paradigma, dejando atrás procesos anticuados y obsoletos, como por ejemplo, la firma en papel de contratos, comunicaciones con clientes, cierre de acuerdos, etc.

De este modo, hoy en día ya es posible firmar electrónicamente este tipo de documentación a través de todos los tipos de firma electrónica que hay en el mercado, ahorrando así tiempo y dinero y evitando desplazamientos innecesarios. 

Historia de la revolución digital

Hay un cierto consenso en establecer como fecha de inicio de la revolución digital el año 1947. Así, es en este año cuando se inventa el transistor, dispositivo clave sobre el que se asentará buena parte de los avances tecnológicos posteriores.

Durante las décadas de 1950 y 1960, empieza a desarrollarse una incipiente industria informática. Aunque, en un inicio, iba únicamente destinada a los gobiernos y al sector militar, pone las bases para muchas aplicaciones posteriores.

Sin ir más lejos, la famosa red militar ARPANET, de finales de los 60, será el embrión de la futura internet.

La década de 1970 da el pistoletazo de salida para la irrupción de la informática personal. Las primeras consolas de videojuegos y ordenadores de consumo aparecen a lo largo de estos años. Pero, sin duda, lo que marcará un antes y un después será la creación del PC de IBM en 1981.

De este modo, los años 80 será la época en la que se generalicen los ordenadores, gracias al progresivo abaratamiento y miniaturización de la tecnología. Al mismo tiempo, se dan los primeros pasos en el desarrollo de la telefonía móvil, que será protagonista indiscutible en décadas posteriores.

En los 90 empieza a democratizarse el acceso a internet en los hogares, con todo lo que ello significará. Así, a partir de los 2000, vemos un crecimiento progresivo en la utilización de la red, que ya no se detendrá hasta nuestros días.

El desarrollo imparable de negocios 100% online, unido al triunfo abrumador de los smartphones, nos llevan así hasta la época actual.

Sin embargo, la revolución digital todavía no ha terminado. Al contrario, cada vez parece desarrollarse a más velocidad. De hecho, los últimos avances en Inteligencia Artificial, Aprendizaje Automático y Ciencia de Datos apenas nos permiten vislumbrar lo que está por venir.

Ejemplos de revolución digital

A un nivel más práctico, podemos mencionar algunos ejemplos de revolución digital en los que se aprecia la transformación radical que han experimentado distintos ámbitos y sectores:

  • Comercio online y productos digitales. La explosión de internet fue el ingrediente imprescindible para el desarrollo del comercio electrónico. Aunque empezó tímidamente, hoy en día forma parte de nuestra vida cotidiana, ocupando un lugar cada vez más prominente. Además, los productos 100% digitales tienen un protagonismo cada vez más amplio en este ámbito, siendo los NFT la última pieza que se ha incorporado al puzzle.
  • Computación en la nube. El cloud computing nace gracias al desarrollo de internet y, por supuesto, apoyado en la mejora progresiva de su velocidad y capacidad. En este sentido, cada vez existe una mayor variedad y oferta de servicios en la nube, permitiendo una democratización en el uso de soluciones de alta tecnología sin necesidad de poseer la infraestructura en la que se apoyan.
  • Inteligencia Artificial. Aunque todavía no se ha mostrado todo su potencia, el campo de la Inteligencia Artificial es uno de los más prometedores en esta etapa de la revolución digital. De hecho, el desarrollo de máquinas y software cada vez más avanzados permitirá alcanzar hitos que ahora nos parecen inimaginables.

La Internet of Things (IoT), la computación cuántica o la Ciencia de Datos son solo algunos ejemplos más de esta imparable revolución digital.

Signaturit y la revolución digital

En este entorno, cada vez más profundamente digital, la pervivencia de la firma manuscrita es casi un anacronismo. Representa en buena medida un «cuello de botella» que ralentiza trámites, provoca ineficiencias e impide la completa digitalización de procesos.

Es aquí donde el trabajo de Signaturit en relación con la firma electrónica viene a permitir esta plena digitalización. Así, es posible prescindir del papel e integrar el proceso de firma en un entorno 100% digital.

De hecho, entre las principales características de una empresa digital, destaca la integración de canales en un flujo continuo que permita completar los procesos sin interrupciones. Únicamente a través de soluciones globales que integren la firma electrónica es posible este tipo de flujos.

La clave aquí radica en que esta integración sea lo más sencilla, fluida y transparente posible. No se trata de añadir capas de complejidad, sino, al contrario, de simplificar procesos tanto a nivel interno como externo. En este sentido, si la tecnología está bien implementada, cualquier trabajador o cliente debería saber cómo firmar electrónicamente de forma casi intuitiva.

Sin duda, la solución de firma electrónica diseñada por Signaturit facilita la integración de este tipo de herramientas en cualquier empresa, de una manera rápida, sencilla y fluida.

En definitiva, la revolución digital ha supuesto una profunda transformación del modo en que creamos, fabricamos, distribuimos y consumimos todo tipo de productos y servicios. Los avances tecnológicos, cada vez más rápidos y disruptivos, nos llevarán a escenarios que apenas podemos intuir a día de hoy.

Solo a través de una cultura empresarial que abrace el cambio y la resiliencia seremos capaces de prosperar en este entorno.